"One of the many purposes of our project has been to save what we can of this heritage before it is too late and to preserve it in permanent form for the benefit of future generations--and for future scholars who may wish to study it."
En uno de sus últimos trabajos dedicados al Romancero, Diego Catalán se refería a «mi fracaso, nuestro fracaso». Un fracaso cifrado en no haber podido completar «aquel utópico Romancero general» hispánico concebido a principios del siglo XX por su abuelo, Ramón Menéndez Pidal.
"En mi modesta opinión, la aproximación más correcta sigue siendo la de don Ramón Menéndez Pidal: el corpus del Romancero en su conjunto requiere una edición integral que permita entender su evolución, su vitalidad y su pervivencia. "